El envasado es un elemento fundamental en la industria de alimentos, especialmente en la relacionada con los productos lácteos.
En este sentido, los envases Tetra Pak y las bolsas trilaminadas han revolucionado la forma en que se protege y conserva la calidad de los alimentos, tanto en su presentación líquida como en polvo.
Permitiendo una mayor durabilidad y conservación de los nutrientes y sabores, al tiempo que garantizan la seguridad alimentaria.
Los empaques Tetra Pak, por ejemplo, son reconocidos por su gran capacidad de protección de los productos, lo que garantiza una mayor vida útil de los mismos sin necesidad de refrigeración.
Además, su diseño permite una fácil manipulación y almacenamiento, convirtiéndolos en una opción muy conveniente para los consumidores.
Por su parte, las bolsas trilaminadas ofrecen una barrera de protección superior.
Gracias a su capa de aluminio, que resguarda los productos de los rayos UV, la humedad y el oxígeno.
Además manteniendo la frescura y calidad de los alimentos por más tiempo.
En el caso específico de los productos larga duración de Grupo San Simón, estos vienen envasados en empaques producidos por la empresa Tetra Pak en su planta de Brasil.
«Son empaques muy exclusivos, compuestos de siete capas, entre ellas una de aluminio, resina de grado alimenticio en su parte interna, cartón, papel imprimible y polietileno para brindarle impermeabilidad», describe Frank Portillo, gerente operativo de Planta San Simón.
Envasar para conservar las bondades del producto
Afirma el ejecutivo que los empaques Tetra Pak de un litro para el portafolio de productos UHT de San Simón:
(Leche líquida completa, leche descremada, leche deslactosada y chicha líquida), son 100% herméticos y asépticos.
“Más allá de que los productos son esterilizados a altas temperaturas, al propio empaque le aplicamos una esterilización para eliminar toda posibilidad de contaminación”, señala Portillo.
Agrega que este proceso de envasado UHT, permite ofrecer una vida útil, antes de abrir.
Que sobrepasa los seis meses para la leche y, en el caso de los jugos, de entre ocho y 10 meses,
“Manteniendo todas las propiedades tanto fisicoquímicas como organolépticas y sensoriales del producto.”
En cuanto a la leche líquida, se trata de una leche enriquecida con vitaminas A y D.
Luego de sufrir los cambios naturales debidos a la luz y a las altas temperaturas para su esterilización.
«Es por ello que le adicionamos las vitaminas y el envase da la garantía de su conservación, pues no permite el paso de la luz ultravioleta», dice Portillo.
Con tres capas de protección
Para productos como la Leche en Polvo Completa San Simón, de 900, 400 y 125 gramos.
La leche Semidescremada San Simón de 400 y 125 gramos; la bebida láctea Montaña Fresca (400 gr).
También la mezcla alimenticia Lactovigor.
Bebida achocolatada Choco Rico (400 gr), y la mezcla en polvo con leche para preparar chicha de arroz (500 gr), la corporación utiliza las bolsas trilaminadas.
Es un material muy resistente, de producción nacional, con tres capas de protección:
Una de polietileno grado alimenticio, que es la capa que tiene contacto con el alimento.
Además una capa de aluminio que no permite el paso de la luz ni de aire o agentes contaminantes.
Por último, una capa de polipropileno impresa donde se coloca el distintivo de la empresa y toda la información reglamentaria.
Las bobinas con el material trilaminado llegan a la planta de San Simón y allí se colocan en las máquinas empaquetadoras.
Gracias a la programación del software, se encargan de todo el proceso automatizado.
Para garantizar la dosificación del producto en polvo y el gramaje exacto según cada presentación.
“Este gramaje es verificado por nuestro equipo de Control de Calidad, para mantener un pesaje constante con balanzas certificadas por SENCAMER, que garantizan una tolerancia dentro de lo aceptado, lo cual no sobrepasa el 1% máximo de desviación por encima o por debajo.”
Afirma el gerente operativo de San Simón, que los productos empacados en las bolsas trilaminadas, al ser deshidratados con una humedad inferior al 4% del contenido, se mantienen por mucho más tiempo.
“Garantizamos un año de vida útil, como mínimo, de acuerdo con la normativa venezolana para estos productos. Pero estoy completamente seguro de que nuestros productos en empaques trilaminados, tienen mucha más durabilidad”, dice Portillo.
De esta manera, los empaques se han convertido en una herramienta clave para la industria de alimentos.
Permitiendo que los productos lleguen a los consumidores en las mejores condiciones.
Y con la mayor calidad e inocuidad posible, como en el caso de los productos de Grupo San Simón.
NDP